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REFLEXIÓN: LAS PEQUEÑECES

LAS PEQUEÑECES

Las pequeñeces

Dicen los que conocen de mantenimiento de casas y edificios, que diariamente hay que estar encima de las pequeñas cosas que van saliendo. Que una gotera en el techo, que un grifo con fuga, que un cable de electricidad suelto, que cambiar el empaque en el fregadero, que una tapa suelta o pintura en una pared.
Así igualmente sucede con los carros, hay que estar encima para que estos funcionen correctamente. En otras palabras, lo que quiero decir es que hay que dar un buen mantenimiento a las cosas que uno diariamente usa, para evitar el desgaste, el deterioro y los daños irreparables.

Si uno no le da importancia a las pequeñeces en la vida, tarde o temprano los daños serán muy grandes. No me refiero a los pequeños detalles que compartimos con los demás, como un ramo de flores o una salida a tomar un café, sino a las pequeñas cosas que constantemente nos dicen que cambiemos y no lo hacemos.
Yo se que ningún ser humano tiene en el cuerpo un repuesto que cambiar, pero si, actitudes que deben ser erradicadas inmediatamente.
La Biblia dice en el libro de Cantares 2:15 “Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas…” Los grandes fracasos nacen de las pequeñeces, de las pequeñas zorras que van carcomiendo los cimientos de la vida, hasta que en un momento inesperado la vida se derrumba.
Pongamos atención a las pequeñeces que tenemos en nuestra vida, demos el mantenimiento adecuado, alimentando bien a nuestro espíritu con la Palabra de Dios, a nuestra alma con oración y a nuestro estuche llamado cuerpo y evitemos así, que nuestra vida sea un montón de escombro. Dios les bendiga!

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