Ir al contenido principal

REFLEXIÓN: VASOS DE BENDICIÓN

VASOS DE BENDICIÓN

Vasos de Bendición

Era un frío día de Invierno. Un niño de 10 años estaba descalzo, parado en el camino frente a una tienda de zapatos, puntando a través de la ventana y temblando de frío. Una señora se acercó al niño y le dijo: “Mi pequeño amigo, que estás mirando con tanto interés en esa ventana?”.”Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos”, fue la respuesta del niño. La señora lo tomó de la mano y lo llevó adentro de la tienda, le pidió al empleado que le di
era media docena de pares de calcetines para el niño. Preguntó si podría darle un recipiente con agua y una toalla. El empleado rápidamente le trajo lo que pidió.

Ella se llevó al niño a la parte trasera de la tienda se quitó los guantes y le lavó los pies al niño, se los secó con la toalla.

Para entonces el empleado llegó con los calcetines. La señora le puso un par de los calcetines al niño y le compro un par de zapatos. Junto el resto de pares de calcetines y se los dio al niño. Ella acarició al niño en la cabeza y le dijo: “!No hay duda pequeño amigo que te sientes más cómodo ahora!”. Mientras ella daba la vuelta para irse el niño la alcanzó de la mano mirándola con lágrimas en los ojos contestó con estas palabras:”¿Es usted la esposa de Dios?”.

Aunque a veces cuesta mucho servirle a los demás, y dejarse usar por Dios, para ayudar a otras personas, debemos hacerlo todos los días. Porque ¿cuáles van a ser los “vasos” que Él use para bendecir a sus hijos?, pues ¡¡tu y yo!!.


“Ninguno busque únicamente su propio bien,
sino también el bien de los otros.” Filipenses:2:4. #ReflexiónDelDía #Dios#AbreTuCorazónAlSeñor #Fe

Comentarios

Entradas más populares de este blog

REFLEXIÓN: LA NARANJA EXPRIMIDA

LA NARANJA EXPRIMIDA La naranja exprimida Me estaba preparando para dar una conferencia y decidí llevar una naranja al escenario como una proposición para mi clase… Abrí una conversación con un joven brillante que estaba sentado en la primera fila, y le dije: – Si yo exprimiera esta naranja tan fuerte como pueda, ¿qué podría salir? Él me miró como si estuviera un poco loco y dijo: – Jugo, ¡por supuesto! – ¿Crees que jugo de manzana podría salir de ella? – ¡No! (él se reía). – ¿Y jugo de toronja? – ¡Tampoco! – ¿Qué saldría de ella? – Jugo de naranja, obviamente. – ¿Por qué?, ¿por qué cuando exprimo una naranja sale jugo de naranja? – Bueno, es una naranja y eso es lo que hay dentro. Asentí con la cabeza y le dije: – Cierto. Vamos a suponer que ésta naranja no es una naranja, sino que eres tú y alguien te aprieta, pone presión sobre ti, y te dice algo que a ti no te gusta; te ofende y fuera de ti sale ira, odio, amargura, miedo. ¿Por qué sale é...

REFLEXIÓN: NO TE DETENGAS

NO TE DETENGAS No te detengas Una pequeña oruga emprendió la marcha en dirección al sol. A la mitad del camino se encontraba un saltamontes. ¿A dónde vas? le preguntó. Sin dejar de arrastrarse, la oruga contestó: —Tuve un sueño anoche: soñé que contemplaba todo el valle desde la cumbre de la gran montaña. Tanto me gustó lo que vi en el sueño que he decidido hacerlo realidad. Mientras la oruga se alejaba, el saltamontes, sorprendido, se burló de ella: —¡Estás loca! ¿Cómo vas tú a llegar hasta allá? Para ti, que eres un simple gusano, una piedra es como una montaña, un pequeño charco, como un mar, y cualquier tronco, como una gigantesca muralla. La oruga oyó impertérrita sus reproches, sin dejar un solo momento de seguir arrastrando su diminuto cuerpo. De pronto oyó la voz de un escarabajo: —¿A dónde vas con tanto empeño? Bañada en sudor y jadeando, la oruga le explicó que había tenido un sueño en el que contemplaba todo el mundo desde la cumbre de la gran montaña, y que ib...

REFLEXIÓN: LAS TORMENTAS

LAS TORMENTAS Las tormentas Cuentan que un día un campesino le pidió a Dios que le permitiera mandar sobre la Naturaleza para que -según él – le rindieran mejor sus cosechas. ¡Y Dios se lo concedió! Entonces cuando el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; cuando pedía sol, éste brillaba en su esplendor; si necesitaba más agua, llovía más regularmente; etc. Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor fueron grandes porque resultó un total fracaso. Desconcertado y medio molesto le preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas que creyó convenientes. Pero Dios le contestó – “Tú pediste lo que quisiste, más no lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consuman, y purificarla de plagas que la destruyan…”- Así nos pasa también: queremos que nuestra vida sea puro amor y dulzura, sin nada de problemas. El optimista no ...